Características y condiciones de cultivo de la cryptomeria japónica

Empezamos el año contándoos algo más sobre una de las apuestas de Viveros Mañente para esta campaña. Esta conífera, que se encuentra en plena expansión en el norte de la península, alcanza rendimientos superiores a los del pino insigne, con turnos de corta que oscilan entre los 25 y los 40 años dependiendo del uso de la madera

 

En una entrada anterior en este blog os hablábamos de la cryptomeria japónica, una nueva variedad de conífera por la que está apostando Viveros Mañente. Hoy queremos profundizar en el cultivo de esta planta, en plena expansión en zonas de Francia, País Vasco y Navarra y que presenta grandes posibilidades también en Galicia.

La cryptomeria japónica es una especie de medio crecimiento, de buena calidad maderera e interesante productividad a la que no se le conocen plagas o enfermedades importantes de momento en Europa. Necesita ser plantada en zonas con elevados niveles de humedad relativa y precipitación anual.

 

«La densidad de plantación recomendada es de 1.100 pies/ha en marcos de plantación de 3×3 o 4×2 metros»

 

Hay una forma china y una forma japonesa de la especie, pero es la segunda la que tiene una gran importancia forestal. Única especie de su género, perteneciente a la familia de las Taxodiáceas (actualmente integrada en las Cupresáceas), que también incluye, por ejemplo, a las secuoyas.

 

Características de una planta endémica de Japón

Árbol siempre verde, de hasta 60 m de altura en su área de distribución natural, Japón, y hasta 30 m en las zonas donde se ha introducido, como el archipiélago de las Azores, en Portugal, o zonas altlánticas francesas como son la región de la Bretaña o la de Pirineos Atlánticos.

En Japón ocupa diferentes ambientes de influencia oceánica en las islas centrales y meridionales y se ha utilizado en repoblaciones con fines productivos en multitud de países desde hace 400 años; especialmente en Asia, pero también en Canadá, el sur de África, y de forma más dispersa en las zonas oceánicas de Reino Unido y Francia.

 

«La especie manifiesta un eficaz mecanismo natural de autopoda que deja trozas despejadas de gran longitud»

 

El diámetro basal del tronco suele alcanzar en Japón de 1 a 3 m, con individuos de 4 metros, comparables a secuoyas. También comparte con éstas su longevidad, habiéndose documentado individuos de 2.000 años en su área original.

Tronco recto, de corteza fina y lisa marrón violáceo en individuos jóvenes, que se torna marrón rojiza y se descompone superficialmente en largas tiras verticales en la madurez. La copa adquiere forma cónica en los individuos jóvenes y aislados, pero ante la competencia la especie manifiesta un eficaz mecanismo de autopoda que deja trozas despejadas de gran longitud.

 

Condiciones climáticas y de suelo

En su origen se da en zonas con temperaturas medias entre los 8 y los 16ºC, y precipitaciones anuales muy elevadas, entre 2.000 y 4.000 mm. En los lugares de introducción, como por ejemplo en Francia (región de Bretaña, Gironde y Pirineos Atlánticos), se observa una preferencia por zonas no demasiado frías (temperatura media superior a 8-10ºC), precipitaciones anuales superiores al menos a 1.100 mm, y una elevada humedad relativa. Admite bien las nevadas ocasionales, pero sufre ante la persistencia de nieve espesa acumulada por periodos de tiempo prolongados.

 

«Es indiferente a la naturaleza del suelo, pudiendo vegetar tanto en suelos ácidos como calizos, y se desarrolla sin problemas en suelos pobres en nutrientes»

 

Es indiferente a la naturaleza del suelo, pudiendo vegetar tanto en suelos ácidos como calizos, y se desarrolla sin problemas en suelos pobres en nutrientes, siempre que la reserva de agua edáfica sea abundante. Tolera incluso terrenos arcillosos con hidromorfía (encharcamientos frecuentes). Se caracteriza asimismo por resistir bien la acción del viento. Aunque en su juventud tolera una sombra parcial, es una especie de luz.

 

Trabajos silvícolas del cultivo

Plantación en abril, utilizando preferentemente planta repicada 1+1 de 40 cm de altura o bien esquejes de la misma edad y dimensiones. Las densidades de plantación normales en Japón varían de 3.000 a 5.000 pies/ha, en algunos casos hasta 10.000, bajando a 1.500 pies/ha en las regiones con más riesgo de tifones o daños por nieve. En Francia las plantaciones de cryptomeria se hacen usualmente con densidades de 1.100 a 1.250 pies/ha, a marcos de 3×3 m o 4×2 m.

En cuanto al mantenimiento del suelo, es preciso hacer alguna pasada de control de vegetación los 3 primeros años, pues de lo contrario el tronco puede sufrir deformaciones o desviaciones basales por la competencia asfixiante de la vegetación.

 

«Es necesario hacer alguna pasada de desbroce los 3 primeros años para evitar desviaciones del tronco por la competencia asfixiante de la vegetación»

 

Por la excelente rectitud del tronco y dominancia apical natural de la especie, no son necesarias las podas de formación. En cambio, las podas de calidad, encaminadas a suprimir las ramas secas que quedan en la zona basal (troza de calidad), sí son recomendables, pues si no se hacen las ramas pueden permanecer parcialmente, provocando depreciaciones en la madera. Se suelen hacer a los 10-15 años (altura total 10 m, limpiando totalmente los 2-3 m inferiores), y en segunda ocasión a los 20-25 años (altura total 15 m, limpiando hasta 6 m de troza), en este caso actuando ya sobre 250-350 árboles seleccionados por hectárea.

En su fase adulta, la cryptomeria precisa sol, por lo que, en función de las densidades iniciales, a cierta edad hay que hacer claras. La primera clara debería realizarse alrededor de los 15-16 años, cuando la población alcance una media de 10-12 m de altura, en aquellas plantaciones de 1100-1300 pies/ha. , cortando un total del 30-40% de los pies.

 

«Son recomendables dos podas de calidad a los 10 y 20 años, limpiando hasta los primeros 6 metros de altura»

 

La segunda clara suele realizarse 7-9 años después de la primera, cuando la altura media de los pies es de 16-18 m y su circunferencia media de 85-105 cm. Es una clara más selectiva, seleccionando los árboles con mejor perfil. Se eliminan en este caso un 30-35%. La tercera se realiza cuando los árboles están entre 20-22 m de altura y la circunferencia en 110-130 cm. En ésta se elimina todo árbol que no esté entre los seleccionados, respetando finalmente 280-450 pies/ha definitivos para el turno de corta final.

De acuerdo a la estrategia silvícola prevista en su día para las plantaciones de Bretaña, el turno de corta se alcanzaría a los 60-70 años, con pies de circunferencia media de 170-200 cm, y un volumen unitario de 2-2,8 m3. Sin embargo, en estaciones fértiles y adecuadas, se estima que la especie alcanza turnos de corta final con 60-70cm de diámetro en tan sólo 40-45 años.

 

Crecimientos 

La especie tiene tendencia a dar troncos rectos, y una gran dominancia apical, que facilita mucho su gestión. El crecimiento en condiciones normales está entorno a 23 m3 /ha/año, frente a unos 15 m3/ha/año del pinus insignis. De acuerdo a los datos obtenidos en la región de Bretaña en plantaciones de cryptomeria realizadas en los años 70 y 80, se han comprobado crecimientos juveniles en altura de hasta 14,5 metros en 18 años, 17 metros a los 22 años, y 20 metros en 30 años.

 

«La cryptomeria necesita sol, por lo que se acometerán tres aclareos durante el ciclo de crecimiento del cultivo hasta seleccionar entre 280 y 450 pies por hectárea para el turno final de corta»

 

El crecimiento perimetral a los 20 años está entre 70 y 86 cm de media, con individuos dominantes de 80 a 106 cm de circunferencia (25-34 cm de diámetro). A partir de los 20 años disminuye la velocidad de crecimiento. Se observa mayor crecimiento de la circunferencia en las masas menos densas, y se documentan recuperaciones del ritmo de crecimiento tras la realización de claras.

A los 33 años, el árbol promedio acumula un volumen de 0,96 m3 de madera. En la zona de Pirineos Atlánticos, la productividad comprobada por los estudios del FCBA muestra entre 580 y 700 m3/ha en parcelas de criptomeria de 24 a 29 años de plantación, equivalentes e incluso ligeramente superiores a los que se obtienen allí en parcelas de secuoyas.

 

Usos

Es una de las maderas más empleadas en Japón, donde es muy conocida por su ligereza, facilidad de trabajo, fragancia, resistencia mecánica y durabilidad. Su tono rojizo y suavidad hacen que se use para ebanistería. Asimismo, se usa habitualmente en construcción, y por su resistencia al ataque de insectos, se emplea en exteriores.

 

«La madera de cryptomeria se emplea principalmente para pallet y trituración, aunque en Europa ocasionalmente se utiliza también para ebanistería»

 

Sin embargo, sus propiedades físicas y densidad varían en función de la procedencia y condiciones de crecimiento. Así, en Francia se ha comprobado que las maderas jóvenes no son aptas, por ejemplo, para su uso en exteriores sin tratamiento. Los informes del FCBA hablan de que, en Bretaña, la madera de cryptomeria obtenida localmente hasta el momento se ha dedicado principalmente a pallet de madera y a triturado. No obstante, algunos aserraderos bretones la valoran y trabajan ya como madera para ebanistería.

A mayores, su forma C. japonica var. elegans está presente en casi todo el mundo como especie de jardinería, de porte arbustivo y coloración marrón rojiza en invierno, que le dan un gran valor ornamental.

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